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Foto publicada en ABC, en el año 1924, de los héroes que defendieron Kobba-Darsa.
El Palacio de las Cigüeñas de Cáceres recuerda a los 'héroes pobres' de la provincia

El Palacio de las Cigüeñas de Cáceres recuerda a los 'héroes pobres' de la provincia

Son 22 cacereños que se hicieron famosos en el año 1924, al aguantar un duro asedio en la Segunda Guerra de Marruecos, la del Rif

REDACCIÓN HOY MIAJADAS

Lunes, 12 de noviembre 2018, 19:00

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El Museo del Ejército de Cáceres, el que se encuentra en el Palacio de las Cigüeñas, cuenta desde hace unas semanas con una vitrina permanente en donde se recuerda a los que son llamados los 'héroes pobres de Cáceres', ya que fueron 22 valientes de diversos pueblos de la provincia de Cáceres, que les tocó ir a la Guerra en Marruecos porque sus familias no tenían dinero, y no podían pagar los 6.000 reales que eran necesarios para no hacer los tres años que duraba entonces la 'mili'.

La vitrina permanente se ha realizado gracias al comandante de sanidad militar Miguel Ángel Rodríguez Plaza, que ha rescatado a estos héroes del olvido al realizar el libro '22 héroes cacereños Kobba-Darsa 1924', un importante trabajo de investigación que recuerda la gesta heroica y sigue el destino de cada uno de los héroes.

Los cacereños se hicieron famosos en el verano de 1924, cuando se supo que en la colina de Kobba-Darsa, al sur de Tetuán, aguantaron un duro asedió de una semana 39 soldados, de los que 22 eran de la provincia de Cáceres.

Todos ellos nacieron entre el año 1900 a 1902, y tenían de 22 a 24 años cuando el destino les hizo participar en la Guerra del Rif, en donde murieron muchos españoles desde 1911 a 1927. A esta guerra se le llamó la Segunda Guerra de Marruecos, en donde fue tristemente famosa la matanza del Monte Arruit, que sucedió en el año 1921, cuando fueron asesinados 3.000 españoles después de haberse rendido.

En el libro Miguel Ángel Rodríguez cuenta como los soldados aguantaron los ataques continuos del enemigo, teniendo que racionar el agua. Conscientes de su necesidad de ayuda, aviones españoles les tiraban botes de leche condensada y barras de hielo, pero sólo pudieron hacerse con una barra de hielo.

El 6 de julio de 1924 fueron rescatados por legionarios y soldados de la Mehal-la (unidades formadas pro tropas marroquíes al mando de oficiales españoles). Los cacereños contaron la alegría de ver llegar a un legionario gritando ¡Viva España!, llevando en una mano en alto una cantimplora con agua y en la otra una botella de coñac. De los 39 militares, 19 estaban heridos, uno de ellos su jefe, el teniente Augusto Gil.

Al conocer la valentía de los cacereños, Rodríguez Plaza, además de escribir un libro sobre ellos, hizo todo lo posible para que en el museo militar de Cáceres, en el Palacio de las Cigüeñas, hubiera un lugar en el que se les tuviera presentes.

En la vitrina hay fotos de ellos, mapas del lugar del asedio, y documentos como el telegrama de cuando consiguieron liberarles. Unas de las piezas más valiosas son tres medallas que obtuvieron cada uno: la más importante es la concedida por su heroicidad, la otra es la de la campaña y una tercera la de la zona, la de Tetuán. Rodríguez Plaza recuerda emocionado como le dieron esas medallas: «estuve visitando a los hijos y a los nietos de los héroes. Algunos me enseñaron sus medallas con un orgullo impresionante. Un hijo de un héroe, ya mayor, me dijo, 'usted que lleva trabajando tanto y que tanto cariño está poniendo para que no sean olvidados merece que tenga estas medallas'. Le dije que no las quería personalmente para mí, me dio un abrazo e insistió en que me las quedara. Yo le dije que haría todo lo posible para que su padre y los otros héroes tuvieran una vitrina permanente en el museo militar del Palacio de las Cigüeñas».

En la vitrina se recuerda la importancia que tuvo hace casi un siglo la proeza de los 39 defensores de Kobba-Darsa. El titular de ABC del 7 de julio de 1924 era muy eufórico: «Nuestras tropas entran triunfantes en Kobba-Darsa y cargan a la bayoneta al grito de ¡Viva España!». En los periódicos de la época se publicó la alocución del general Aizpuru dirigida a la guarnición: «Soldados de Kobba-Darsa: para gloria de España, del Ejército y del regimiento Serrallo, habéis sabido resistir la presión enemiga y la dura prueba de numerosos días de asedio defendiendo la posición que se os había confiado, rechazando al enemigo con heroísmo ilimitado y sufriendo privaciones enormes; pero aún tuvisteis arrestos para salir en socorro de los bravos aviadores que habían caído al alcance del fuego enemigo. Vuestro ejemplo ha servido de estímulo para que la columna del General Serrano reforzara su empeño y derrotara al enemigo. Por tales méritos me honro y enorgullezco de mandaros, y para que descanséis, os concedo un mes de permiso en vuestros hogares, mientras que, para premiar vuestro valor, ordeno la formación de expedientes para conceder la laureada al jefe de la posición y la medalla militar al resto de la guarnición». En el asalto para rescatar a sus compañeros, intervinieron 802 militares, muriendo seis oficiales y 29 soldados. Heridos hubo 11 oficiales y 296 soldados.

En el libro sobre los 22 héroes cacereños, Miguel Ángel Rodríguez indaga sobre qué fue de cada uno de ellos, llamando la atención como dos murieron en la Guerra Civil:

Juan Pérez, vecino de Zorita, murió cuando era guarda en una finca de Campillo de Llerena, fusilándole en 1936 el bando republicano.

Juan Baldomero Hoyas Ávila, natural de Madroñera, murió también en 1936 cuando los falangistas le tiraron al río Tajo desde el puente de Almaraz. Era leñador y vivía en un chozo en Castañar de Ibor.

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