Desde la distancia: «Cine Otero, de dueño y señor del pueblo a lugar viejo y olvidado»

¿Qué tal viejo amigo? ¿Cómo va esa vida? Ya, ya veo, no me contestes, no hace falta. Se han olvidado de ti ¿verdad? ¡Con lo que has sido tú! ¿Recuerdas aquellos tiempos en los que eras el dueño y señor del pueblo? ¡Qué tiempos! Aquellas películas de Kit Carson y el Toro, aquellas sesiones dobles a peseta la función. Aquellos pateos y aplausos del gallinero cuando llegaban los buenos para atacar a los malos. Aquellos descansos que te permitían ver a la chica que había ido a butaca cuando salías a comprarte las pipas, altramuces o garbanzos tostados.

Aquel lugar para ver y ser visto. Aquel lugar en el que una y otra vez veíamos a Eloy poniendo en la pizarra las películas anunciadas mientras los chavales preguntábamos aquello de «Eloy, ¿qué ponen hoy?» Parece mentira, pero así es. Siempre que vengo por estos lares me acerco a hacerte una visita. Cada vez te encuentro más viejo, más dejado, más olvidado. Pero a pesar de ello tú sigues luciendo con orgullo la cancela metálica, el letrero. ¿De verdad que ese apellido Otero puesto en tu frontispicio hace honor a esa familia tan importante en Miajadas?

No lo puedo evitar, me pongo triste cuando te visito. Me recuerda esa canción de Serrat que dice eso de «A los viejos se les aparta después de habernos servido bien». ¿Sabes que eres un 'rara avis'? Tus dueños, en lo que a ti respecta, no hacen justicia al pueblo. Nuestro pueblo cada vez está mejor, más limpio, más aseado, con mejores instalaciones tanto culturales como deportivas. Sin embargo, tú sigues ahí estoicamente mostrando, cada vez más, las dentelladas del tiempo.

No hay derecho, no, no lo hay. Tú y tus alrededores habéis sido, probablemente, la mejor referencia de la educación sentimental de Miajadas en un determinado tiempo. Sólo por eso merecerías otro trato. Esperemos que haya algún literato que como Gustave Flaubert escriba algo así como «La educación sentimental» y te ponga como ejemplo y guía de lo que fuiste en otro momento.

Familia Otero o quien corresponda, me es igual, por favor, se lo pido por favor, hagan algo, no permitan que un lugar como ese que lleva su apellido esté en las condiciones que está. Es muy triste ver cómo está eso en un lugar tan céntrico ¡Qué imagen proyectamos a nuestros visitantes! Muchas gracias por adelantado.