
«Desde la distancia»: Ferias de antes con pipas Tía Carola, Cine Otero, Los Trigueros y Casa Adelmo
OPINIÓN ·
El rodeo, el baile con verbena y la programación especial del cine eran los tres eventos principales de las fiestas de MiajadasOPINIÓN ·
El rodeo, el baile con verbena y la programación especial del cine eran los tres eventos principales de las fiestas de Miajadasantonio gutierro calvo
Lunes, 24 de agosto 2020, 23:39
«Con la ayuda de dos amigos trato de evocar la Feria de Agosto de los años 1960, asido de la mano de una señora infiel, caprichosa, cambiante y adaptativa llamada memoria. Para esa fecha el trigo y la paja habían de estar en casa. Mal asunto no haber terminado la era para esas fechas puesto que alguna vez se sufrió algún incendio.
La feria se desarrollaba sobre la base de tres eventos fundamentales, el rodeo, el baile con verbena y la programación especial del cine Otero. Excepto el rodeo que se celebraba en torno al ferial actual, lo demás se desarrollaba en la Plaza de España y alrededores con sus barcas voladoras, puestos de tiro con escopeta y algún puesto de chuches en los que se vendían turrón de Castuera, el clásico carrito del helado y pipas de tía Carola. En el cine Otero se anunciaba la programación especial con bastante antelación; Gilda se proyectó alguna vez. En torno al Parque de los Mártires y delante de la Empresa Fernández se ponían las norias y los carruseles, se celebraba el baile y la verbena, amenizada por músicos del pueblo entre los que sobresalía Trigueros. Era todo un espectáculo contemplar en directo la actuación musical.
En esta zona se echaban cohetes el primer día de feria, y el último se encendían las ruedas de fuego con sus explosiones características que, como siempre, asustaban a los niños. Quizás las escenas que más me impactaban eran las negociaciones de la compra - venta de animales. Aquellas manos entrelazadas, asidas por otra que indefectiblemente llevaba un bastón colgado del brazo, y que las mantenía unidas hasta que se daba el acuerdo o la ruptura, me parecía todo un rito.
Para los chavales de nuestra edad, la feria, casi en su totalidad, era un pasear y mirar. Si no recuerdo mal la paga eran tres pesetas para los tres días, a una por día. La cosa no daba para más que comprar alguna gaseosa para compartir de Casa Adelmo o un refresco obtenido a base de rascar una barra de hielo y añadirle un líquido colorado llamado carmín de cochinilla que costaba un real.
Creo que el tiro al plato, suelta de alguna vaquilla, alguna carrera ciclista y alguna novillada, vinieron después. Espero la benevolencia del personal si la memoria me ha jugado alguna mala pasada. Sean comprensivos».
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