«Desde la distancia: En unos lugares se desprecia el agua y en otros la tierra se muere de sed»
opinión ·
Hubo algún tiempo en España en que trasladar el agua de su cuenca fue posible, ya hay algún trasvase, y es algo que se ha propuesto en más de una ocasiónANTONIO GUTIERRO CALVO
Viernes, 25 de marzo 2022, 18:29
Uno lleva la friolera de casi sesenta años viendo como los cielos lloran en forma de gotas de agua, como el agua pasa un día sí y otro también bajo los puentes y como un año sí y otro también se dan larga a los embalses porque son incapaces de absorber toda el agua que les llega. Es algo común por estas benditas tierras del golfo de Vizcaya y alrededores. Está uno acostumbrado. Ya saben que por aquí el paraguas es un fiel compañero de paseos y caminatas. Por eso me llama la atención como por la tierra que me vio nacer -ha sido siempre así- se mira una y otra vez al cielo esperando que el de arriba se acuerde de regar estas tierras.
Es curioso lo que pasa en el mundo. Uno puede trasladar gas de un lado al otro del planeta, lo mismo que carbón, petróleo y demás. Una persona puede donar sangre a otra, lo mismo que un riñón, un ojo, un corazón, etc. No digamos del dinero, éste se traslada a la velocidad del rayo. Los seres humanos emigramos de un lugar a otro y nos trasladamos de aquí para allá. Pero el agua no, esa no se puede trasladar de su cuenca, al menos aquí en España.
Sí, sí, ya sé que hubo algún tiempo en que eso fue posible, ya hay algún trasvase. Menos mal que se hizo en otros tiempos. Ya lo intentó un determinado ministro allá por el año 1996, pero se lo tumbaron. Recuerdo que anteriormente también lo propuso el ingeniero de caminos y escritor Juan Benet, pero tampoco tuvo mucha suerte. Hoy parece que hay organizaciones que nunca se presentan a las elecciones pero que tienen un cierto poder ante los nuevos políticos. Vamos, que se arrugan.
Y así seguimos, año tras año. En unos lugares se desprecia el agua y en otros la tierra se muere de sed. ¿Qué hacer? ¿Llorar? ¿Cabrearse? ¿No decimos que somos un único país? Y si es así, entonces ¿por qué no hay un poco de solidaridad? ¿Somos un único país para unas cosas y para otras no? La verdad es que es algo que me enciende. Pues nada, a sacar el santo a pasear y a cantar aquello de «Agua San Marcos bendito, agua San Bartolomé, le rogamos a la virgen para que empiece a llover» ¡¡¡¡Paísssss!!!!
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