
«Desde la distancia: La presencia física del ser querido es insustituible»
Opinión ·
Hace años el único contacto, a falta de buenas comunicaciones por carretera o ferrocarril, teléfono o de los actuales medios técnicos, eran las cartasOpinión ·
Hace años el único contacto, a falta de buenas comunicaciones por carretera o ferrocarril, teléfono o de los actuales medios técnicos, eran las cartasANTONIO GUTIERRO CALVO
Jueves, 23 de julio 2020
En estos tiempos de avatares que nos está tocando vivir hay muchos miajadeños que se han visto privados del contacto, más o menos esporádico, de sus familiares y amistades más queridas. La distancia física, en otros momentos perfectamente salvable, se ha visto imposibilitada por mor de circunstancias adversas. No obstante, aunque el contacto físico era imposible si se contaba, al menos, con las posibilidades que las técnicas de hoy día nos permiten, algo es algo.
A pesar de ello muchas personas expresaban su pesar a través de las redes sociales por esta separación física impuesta. En la escuela de La Puente, con el maestro don Pascual (que en gloria esté), memoricé aquellos versos de Calderón de la Barca «Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. ¿Habrá otro entre sí decía, más pobre y mísero que yo?; y cuando el rostro volvió halló la respuesta, viendo que otro sabio iba cogiendo las hierbas que él arrojó»
Me vienen estos versos a la memoria porque es algo muy parecido a lo que pasaba en otros tiempos con nuestros paisanos de la diáspora. El único punto de contacto, a falta de buenas comunicaciones por carretera o por ferrocarril, de teléfono o de los actuales medios técnicos eran las cartas escritas de puño y letra. Con sello mojado en la lengua y pegado al sobre correspondiente mediante el correspondiente golpe con el puño.
Eran aquellas cartas que, indefectiblemente, comenzaban con la clásica fórmula de «Me alegraré de que al recibo de la presente os encontréis bien, yo bien gracias a Dios» y que solían terminar con «muchos besos para todos» con un apartado al final que rezaba «Remito giro».
La separación física se sentía igual que hoy, esos sentimientos en los seres humanos no han cambiado, pero, afortunadamente, las consecuencias de la distancia se han visto mitigadas. A pesar de ello nos seguimos quejando. Es lógico, la presencia física del ser querido es insustituible.
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