Borrar
Jóvenes mozos de Miajadas. Luis Zancudo de 'Miajadas en el recuerdo'
DESDE LA DISTANCIA

«Sin duda, la patria de uno es la adolescencia»

Antonio Gutierro Calvo

Martes, 28 de octubre 2025, 13:36

Una mañana soleada del mes de octubre, concretamente 20-10-1.962, me subí a un bus de la empresa Doaldi, dejé atrás a mi madre y dos hermanas y previo cambio de medio de transporte en Madrid llegué a San Sebastián en donde me esperaba mi padre que llevaba ya seis años residiendo por aquellas tierras. Servidor tenía 14 años. Me esperaba otro mundo diferente y el comienzo de la vida laboral que duró la friolera de cuarenta y nueve años, un día tras otro. Una historia como la de tantos otros.

Como uno ya ha alcanzado una edad provecta en la que los hijos hace tiempo que volaron, como es lógico y deseable y, además, estoy viudo, la mirada es más retrospectiva que prospectiva. En términos marítimos la raya del horizonte se ve al alcance de la mano, termina allí donde el sol desaparece, no hay un mundo más allá, es lo que se ve.

Tengo vivos los recuerdos de esa fecha en la que partí de Miajadas. Sin duda la patria de uno es la adolescencia. Desde entonces, cuando llega el aniversario, vienen a mi memoria los versos del poeta Antonio Manchado «Ese amor que quiere ser, acaso pronto será; pero ¿cuándo ha de volver lo que acaba de pasar? Hoy dista mucho de ayer. ¡Ayer es nunca jamás!»

Son los recuerdos de un pimpollo -el rubio me llamaban- que acababa de descubrir que existía el otro sexo y que además te gustaba. Cuchicheos por aquí, miradas furtivas por allá, que si me han dicho que fulanita te mira con buenos ojos, que si ya sé que te haces el encontradizo con menganita. Cosas de la edad.

Hoy, al cabo de tanto tiempo, he perdido completamente las referencias de alguna de aquellas chicas. Otras siguen en el pueblo ¿Qué habrá sido de ellas? ¿Qué de sus vidas? ¿Habrán tenido una vida feliz? ¿Las conocería si las viera? ¿Qué hubiera pasado si hubiera seguido viviendo en el pueblo? ¿Hubiera tenido alguna oportunidad?

Lo que sí recuerdo es que, durante los primeros cinco años de estancia en Guipúzcoa, hasta que conocí a la que luego fue mi mujer, allá por 1.970, el recuerdo de aquellas chicas estuvo presente en mis pensamientos, unas y alguna más que otra, es natural.

A todas les deseo que la vida les haya tratado como a mí que he sido un afortunado. Un cariñoso saludo para todas y uno especial para alguna de ellas.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy «Sin duda, la patria de uno es la adolescencia»

«Sin duda, la patria de uno es la adolescencia»