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Iglesia Santiago Apóstol de Miajadas por la noche Ana Cuadrado

La iglesia Santiago Apóstol de Miajadas ha sido declarada Bien de Interés Cultural

Cultura ·

Construida entre los siglos XV y XVII, destaca por sus cuatro portadas y por su nave principal, cuya cubierta de bóvedas de crucería posee nervios propios del Gótico tardío

Sábado, 14 de marzo 2020, 22:26

El Consejo de Gobierno de Extremadura ha acordado declarar Bien de Interés Cultural la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de Miajadas, con categoría de monumento, una construcción de gran valor histórico-artístico cuyo origen se sitúa en torno a 1348, aunque el edificio conservado es posterior.

El Ejecutivo ha concedido este reconocimiento a la iglesia miajadeña, junto con la iglesia parroquial de Santa Catalina de Romangordo y los menhires de la cuenca del Ardilla.

Las fases de construcción se desarrollaron principalmente desde el siglo XV hasta el XVII, y su posterior restauración durante la segunda mitad del siglo XX. Está formada por muros de carga de mampostería y sillares y cubierto mediante bóvedas de arista, de cañón y de crucería. Su planta es de cruz latina, compuesta por una sola nave principal y el presbiterio en perpendicular a la nave.

Cuatro portadas

Entre sus ventanas y grandes contrafuertes, destacan las cuatro portadas, ubicadas a los pies, en la nave principal y en la transversal. La portada más antigua es la del Perdón, situada a los pies de la iglesia, de carácter abocinado con un arco apuntado y archivoltas que rematan en una cruz. Posee además una decoración de rosetas, características de finales del siglo XV y comienzos del XVI, lo que supone un resto de la construcción original. Otra portada está situada en el muro del Evangelio, en el brazo del transepto, pero se encuentra inacabada y tapiada, mientras que las otras dos se encuentran en el muro de la Epístola. Una de ellas, original del siglo XVI, está constituida por un arco encuadrado por pilastras con capiteles jónicos. La otra portada, considerada la más monumental, pertenece al siglo XVII y posee una serie de columnas de fustes estriados y capiteles de estilo toscano. El arco es culminado por un entablamento y un frontón partido, sobre lo que se sitúa a su vez una ventana con parteluz en forma de cruz.

La torre, situada a los pies de la iglesia, es maciza y en su parte superior está coronada por balaústres con bolas. Sin embargo, cabe destacar que su aspecto actual es el ofrecido tras la reforma que el edificio sufrió alrededor de 1960. En la base del campanario, se puede observar un pequeño reloj de sol incrustado en la piedra.

En el ábside, la parte posterior del altar mayor, se puede leer la siguiente inscripción: 'Esta capilla se comenzó en el año de 1606, siendo Papa Paulo V; rey de las Españas Felipe III; y obispo de Plasencia D. Diego González de Acevedo', y justo debajo están grabadas las fechas 1606/1609.

La nave interior constituye su mayor valor

El interior de la nave principal, que corresponde a la obra original del siglo XVI y es considerada la zona de mayor valor, destaca por sus cuatro tramos de gran amplitud, separados por arcos fajones apuntados, y su cubierta de bóvedas de crucería con nervios propios del Gótico tardío, llamados terceletes.

La fecha original de la zona del presbiterio y del crucero es más difícil de concretar, al menos su mayor parte debió estar terminada desde el siglo XVIII. Se cree que, en un principio, la parte del crucero estaba dedicada a cementerio, en el siglo XVII sólo podía enterrarse allí la clase alta de Miajadas, por lo que se hallaron numerosas piedras, con inscripciones y escudos labrados en piedra, así como restos y momias humanas.

Nave principal y presbiterio de la iglesia A.M.

El coro, ubicado a los pies y con una balaustrada de madera, está formado por tres arcos de medio punto que apoyan sobre pilares conforman el mismo y por una bóveda de arista.

Una puerta situada en el muro de la Epístola permite el acceso al campanario, al coro, y a una serie de dependencias. Al entrar, una escalera de tres tramos desde la que se accede al vestíbulo, facilita el acceso directamente al coro. Desde el rellano, una segunda escalera, de caracol, permite la subida a las otras dependencias. Al lado de la torre, se alza otra de menor tamaño y adosada a ella que constituye la entrada al campanario y lleva a unas habitaciones construidas como viviendas para clérigos, al menos en sus inicios, y después adaptada para portar las pesas del reloj. Al continuar subiendo por la escalera, se accede al campanario.

La iglesia careció de cubierta durante un largo periodo de tiempo. En el siglo XIX, durante las Guerras Carlistas, un grupo de soldados de la reina Isabel II se escondieron en la bóveda y los carlistas provocaron un incendio para hacerles salir, quedando la iglesia reducida al tramo de los pies hasta su reconstrucción en 1960, cuya nueva cubierta decidieron construir de metal, con tejado de madera y teja árabe, bóvedas de ladrillo y decoración de yeso.

Talla de madera donada por el obispo Solís

Los bienes muebles de mayor interés patrimonial del templo son, por ejemplo, una pequeña cruz de piedra que data del siglo XV, enmarcada en el baptisterio, o la pila bautismal, tallada en granito y original del siglo XVI, situada en el crucero. El Crucificado articulado y la imagen del Cristo Resucitado con unas tallas en madera policromada, datadas en el siglo XVIII, aunque la última ha sufrido muchas restauraciones. La imagen de Santa Gertrudis 'La Magna', localizada en un retablo, es otra talla de madera policromada, original del siglo XVII-XVIII, donada, según los documentos, por el obispo Solís, natural de Miajadas, en el siglo XVIII. Por su parte, la imagen de San Pedro Papa, otra talla de madera policromada del siglo XVII, se localiza en el transepto, aunque es una obra que ha recibido muchas capas de pintura a lo largo de los años y la silla del trono es un añadido posterior. El óleo sobre lienzo de 'La Piedad', del siglo XVIII, se encuentra en el Presbiterio, pero se halla en muy mal estado.

Pedro de Ybarra es considerado el gran impulsor de la construcción, figura clave, realizando las trazas y obras en 1560 para el obispo Pedro Ponce de León. Tras su fallecimiento le sustituiría el maestro trujillano Pedro Hernández, y después Juan Álvarez, ya en la primera década del siglo XVII.

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