Si hay algo que los españoles echan de menos en estos días de aislamiento, y concretamente en fin de semana, sin duda son… los bares. Sí, a la familia y los amigos también, pero es que el lugar donde suelen, o solían, reunirse es precisamente ese.
Un café, un té, una cervecita, una copa, un refresco, la bebida no importa, el nombre del local tampoco, pero que pertenezca al sector de la restauración. Tampoco importa estar toda la tarde o la noche en el mismo, empezar en la terraza y terminar dentro, o al revés, ir cambiando de uno a otro,... Con niños, sin niños, con la familia, los amigos, sea con uno, dos o quince.
Aunque, si hay algo que caracteriza estas quedadas es la percepción subjetiva del tiempo, porque una hora siempre se convierte en dos o tres, un café puede derivar en un refresco, para dar paso a un par de vinos o cervezas, empalmar con la cena, las copas de después,… y las 7 de la tarde se convierten en las 2 de la mañana sin darse cuenta. Eso si no has empezado con las cañas de mediodía, a lo que habría que añadir unas cuantas horas más.
Golpe de realidad
Seguro que después de la cuarentena, en el momento en que podamos recuperar la libertad, no será tan difícil ponerse de acuerdo para quedar en el día y la hora, algo que muchas veces era imposible.
Mientras tanto, el maravilloso mundo de Internet y los avances tecnológicos nos permiten poder seguir manteniendo, con sus variantes, esta costumbre tan española y que tanta admiración causa en otros países.
¿Por qué no amenizar esas videollamadas con los amigos o la familia con una bebida en la mano? Y puede que incluso un buen aperitivo que, por supuesto, corre por cuenta de la casa. Conversar con ellos, reír juntos, saber cómo les ha ido la semana, qué han hecho, qué no han hecho (como salir a la calle),… Hay quien dice que las ventas de cerveza en los supermercados ya han superado a las de papel higiénico, una idea no tan descabellada.
Esta iniciativa, que ya se está adoptando como una costumbre más en los hogares españoles, ya tiene hasta nombres propios como 'Birrallamada' o 'Coffee online'. En el mejor de los casos la conexión no se quedará colgada y no habrá nadie que no sea capaz de ver en pantalla a alguien, pero, al margen de estas 'cosas del directo', el ratito de distracción está asegurado.
Queda claro que el ser humano necesita socializar por naturaleza, hasta las personas que adoran quedarse en casa echan de menos ese contacto. Incluso los más pequeños, y no tan pequeños, se han dado cuenta de que los videojuegos, esos en los que algunos preferían invertir su tiempo libre e impedían compartir más tiempo con los demás, no pueden sustituir a las relaciones humanas. La humanidad ha recibido un golpe de realidad tremendo, aprendamos de ello.
Vamos, que ya queda un día menos. #YoMeQuedoEnCasa
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