Tanto residentes autónomos como dependientes seguirán viendo a sus familiares desde la distancia SMP
San Martín de Porres habilita las visitas familiares a través de la valla del jardín
Sociedad ·
La Dirección del centro es consciente de la importancia de la salud mental y emocional, por lo que han ideado este modo de mantener el contacto de modo que no suponga un riesgo para los residentes
Tras haber tenido que suspender las visitas de familiares al centro por el empeoramiento de la situación sanitaria en la zona, la residencia de mayores San Martín de Porres de Miajadas ha decidido habilitar las visitas a través de la valla del jardín, ya que la salud mental y emocional también es fundamental.
La Dirección pensó en un principio que la suspensión de visitas sería algo puntual y volvería a retomarse pero, tras comprobar que la situación puede alargarse dados los brotes que están surgiendo en localidades vecinas, han considerado que deben tomar medidas para que los mayores puedan seguir viendo a sus familias de forma que no suponga un riesgo para ellos.
Las salidas de los residentes continúan restringidas, del mismo modo que el Centro de día permanece cerrado, sin embargo, son conscientes de que estas limitaciones afectan negativamente a los mayores. Siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología buscan el equilibrio entre proteger del contagio por coronavirus, los derechos de las personas mayores y la posibilidad de realizar una vida lo más normal posible.
Los familiares de personas autónomas podrán seguir visitándoles a través de la valla del jardín como han hecho hasta ahora, mientras que los familiares de personas dependientes recibirán la correspondiente llamada del centro para concertar el día y la hora, pero siempre desde la valla.
Responsabilidad
El centro insiste en la importancia de que las familias respeten las normas establecidas para estos encuentros, como evitar el contacto físico o intercambiar objetos, ya que son fundamentales para proteger a los mayores. Gestos que, aunque se necesiten y parezcan inofensivos, pueden poner en riesgo su salud y la de todos los residentes que comparten vivienda con ellos, así como a los trabajadores.
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