Jairo Pino Mendoza
Viernes, 5 de agosto 2016, 17:39
Las miajadeñas María Eugenia Mena y Manuela Díaz y las escurialegas María Ángeles Blázquez, Noelia Muñoz y María Concepción Santos llevaban meses y meses de esfuerzo físico y psicológico preparándose las oposiciones convocadas por la Junta de Extremadura para personal laboral de ATE Cuidador. La función de este profesional es la asistencia no sanitaria de usuarios que no puedan valerse por sí mismos en ámbitos de su vida diaria. Apenas saben describir las caras que se les quedó a la mayoría de todos los opositores al ver el contenido del examen que se celebró el pasado domingo, 24 de julio.
Publicidad
La primera queja de las opositoras es el poco tiempo permitido para realizar la prueba escrita. Tuvieron 85 minutos para 86 preguntas, de las que algunas incluso tenían subapartados y ocupaban la mitad de la cara de una página. Critican también que algunas preguntas no eran claras ni concisas, que tenían varias interpretaciones y que estaban mal formuladas y redactas. Además, según ellas, las preguntas tampoco estaban ajustadas a la categoría profesional de los opositores, ya que para presentarse al examen lo que se requería era únicamente tener el graduado escolar.
La mayoría de ellas llevan años presentándose a este tipo de exámenes y nunca habían visto una situación similar. Por este motivo, estas cinco opositoras de la comarca se han unido a otros 300 perjudicados y están empezando a moverse y a pedir apoyos para intentar que se repita el examen o que se anulen las oposiciones, siempre respetando las notas de aquellos que hayan aprobado. Entre todos han presentado ya más de 100 reclamaciones a nivel individual y colectivo a la Administración pública.
Aunque las pruebas fueron convocadas en 2013 y, en un principio, hubo hasta 6.487 admitidos, finalmente fueron 1.841 personas las que acudieron a la prueba (el 28,38 por ciento de los admitidos inicialmente).
Más apoyos
El sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) está respaldando la lucha de este grupo de opositores y ha dirigido un escrito al presidente del tribunal en el que critica la existencia de «preguntas muy largas en relación al tiempo establecido para la realización del examen y preguntas con una redacción poco concreta y con un nivel de exigencia considerablemente alto en relación a la categoría profesional objeto del ejercicio».
Las miajadeñas y escurialegas únicamente conocen a unas ocho personas que hayan aprobado. No conocen oficialmente sus notas, pero al ser el examen tipo test las cuentas no fallan y cada opositor conoce bien la nota que tendrá. Una vez aprobada la parte tipo test, se corrige la parte escrita. Por ello, piensan que la primera parte del examen ha podido intentar tener efecto disuasorio para que el tribunal no tenga que corregir tantos exámenes.
Los opositores quieren que su caso no caiga en el olvido y que todo el esfuerzo, dinero y tiempo dedicado por ellos no haya sido echado por tierra por una mala planificación de la prueba por parte de la Junta y de la consejería. La situación se agrava si se tiene en cuenta que muchos de los opositores ya formaban parte de la bolsa de empleo y ahora, tras suspender el ejercicio, se quedarán fuera de sus puestos de trabajo.
Publicidad
PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.