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Roso de Luna visitando a familiares en Trujillo.
Miajadas, cuna de la masonería del siglo XX en Extremadura

Miajadas, cuna de la masonería del siglo XX en Extremadura

El artífice de que la localidad ganara protagonismo fue Mario Rosa de Luna, abogado, teósofo, astrónomo y escritor español que se casó con una miajadeña

Jairo Pino Mendoza

Jueves, 22 de junio 2017, 16:50

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Este mes de junio se cumplen 300 años desde el nacimiento de la masonería, institución de carácter secreto que reúne a individuos agrupados en entidades conocidas como logias. La institución se autodefine como filantrópica, filosófica, simbólica, no religiosa, de propiedad iniciática y con la finalidad de impulsar el progreso moral e intelectual de las personas. Entre los masones más famosos de la historia se encuentran Napoleón Bonaparte, Winston Churchill, Simón Bolívar y Abraham Lincoln.

¿Y qué tiene que ver todo esto con Miajadas? Durante finales del siglo XIX y principios del XX el silencio en Extremadura con respecto a la masonería era total. De hecho, no sería hasta 1918 cuando aparece de nuevo la masonería en la región, curiosamente en Miajadas, con la fundación de un triángulo denominado Miajadas Libre, cuyo presidente fue Mario Roso de Luna. Le acompañaron en ese primer acto Aurelio Vicente, Bartolomé Chamorro, Constantino Vicente, Faustino Nieto, Antonio Rozas y Adolfo Hernández. Con el acto fundacional del triángulo y con su posterior actividad, la masonería comenzaba a dejarse sentir en tierras extremeñas.

Mucho es el secretismo que gira en torno a la actividad del grupo. Lo que sí se sabe es que su trabajo pudo extenderse hasta el comienzo de la dictadura de Primo de Rivera en el año 1923.

Merece un capítulo especial el presidente del triángulo, Mario Roso de Luna. Nació en Logrosán el 15 de marzo de 1872. Estaba obsesionado por resolver los conflictos entre ciencia y religión y era un fascinado de la astronomía. El 5 de julio de 1983 avistó un cometa que desde entonces lleva su nombre. Dedicó muchos de sus escritos a cuestiones como el sol, el cielo, la muerte, la agricultura en las Hurdes, la astronomía o la psicología. Tuvo también una sensibilidad especial para la música y reivindicó siempre la música española y muy especialmente la guitarra.

El padre de Roso de Luna era natural de Castellón y llegó a Logrosán para trabajar en el ferrocarril y en las minas de fosforita. Llegó a Miajadas al enamorarse de Trinidad Román. Ahora, son numerosos los reconocimientos honoríficos a Mario. En Miajadas, por ejemplo, una calle lleva su nombre.

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