Madrid antes y durante el confinamiento cedida

¿Hemos olvidado cómo respiró la Tierra durante el confinamiento mundial?

medio ambiente ·

En el Día Mundial contra el cambio climático, la ONU señala que el planeta envía mensajes de socorro cada vez más fuertes, como periodos de sequía más largos, tormentas más abundantes, incremento del nivel del mar o pérdida de biodiversidad

Sábado, 24 de octubre 2020, 18:25

Hoy, en el Día Mundial contra el cambio climático, es más importante que nunca recordar cómo pudo respirar la Tierra durante los meses de confinamiento mundial.

Todos pudimos ver cómo la vegetación se habría paso, los animales volvían a caminar libres y sin miedo, incluso por las ciudades, y la Madre Naturaleza recuperaba su lugar, el que siempre le correspondió.

Incluso llegó a decirse que el virus había sido un 'aviso' del planeta, un grito de socorro, porque ya no podía más. 'La Tierra vuelve a respirar', rezaban algunos titulares, y parecía que todos estábamos más concienciados de la verdadera importancia de la naturaleza, dispuestos a devolverle su sitio. Sin embargo, tras la vuelta del ser humano a las calles, poco tiempo bastó para olvidarlo.

Las Naciones Unidas conmemoran cada 24 de octubre el Día Internacional contra el Cambio Climático, con el objetivo de sensibilizar sobre sus devastadoras consecuencias, algunas son ya claramente perceptibles.

El planeta envía mensajes desde hace muchos años, mensajes cada vez más fuertes y más altos, como periodos de sequía más largos, tormentas más abundantes, incremento del nivel del mar y desaparición de especies de fauna y flora, entre los muchos que manda.

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La importancia de los glaciares

Estos mensajes provienen de los más de 9,6 billones de toneladas de hielo glacial derretido en el mundo desde 1961. Este 'fenómeno' es provocado por las altas emisiones de CO2, la concentración atmosférica de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que vienen derivados de la industria, el transporte, la deforestación o la quema de combustibles fósiles y otras actividades del ser humano que hacen que el planeta se recaliente y se fundan los glaciares. Sin olvidar el calentamiento oceánico, puesto que los océanos absorben el 90% del calor terrestre, afectando al derretimiento de los glaciares marinos.

Una de las señales que afecta en mayor medida a nuestro país es el llamado 'estrés hídrico', o lo que es lo mismo, la escasez de agua dulce. Esto se traduce en que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible. Según señala la Organización Mundial de la Salud, dentro de tan sólo cinco años, y como consecuencia del cambio climático, más del 60% de la población mundial vivirá en zonas con estrés hídrico.

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Y la cuestión es: ¿Qué sucederá cuando el ser humano no pueda disponer de lo que le da la vida? Al fin y al cabo, en su mayoría es agua. Entre el 80% y el 90% de la sangre es agua; la piel contiene entre un 70% y 75% de este líquido; y el corazón, el hígado y los riñones, entre el 70% y el 80%. Los pulmones contienen alrededor del 85% de agua; los huesos, un 22%; los músculos, entre un 70% y 75%. El cerebro es agua en torno al 75% u 85%; el tejido graso presenta un 10% y los ojos están compuestos de agua en un 90-95%.

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