Borrar
Zona sin vallar de La Laguna Nueva HOY

Opinión 'Desde la distancia': «La Laguna nueva, nuestra piscina»

Opinión ·

«En ella los niños de aquellos entonces aprendimos a nadar sin monitor ninguno que nos enseñara, ni fideos, ni gafas de bucear, ni toallas, ni trajes de baño»

Antonio Gutierro calvo

Jueves, 25 de junio 2020, 23:34

Este verano que acaba de comenzar, al parecer, las autoridades han decidido que los 'migaegos' no podrán disfrutar de su piscina. Cosas de la modernidad y de la dichosa pandemia. Es posible que los más jóvenes piensen que siempre hemos tenido piscina. Pues no, no señor, aunque parezca mentira, no siempre ha habido piscina. Pero, a decir verdad, siempre nos hemos podido bañar. Unas veces en un caldero de zinc lleno de agua puesto al sol que nos ponía nuestra madre y que posteriormente nos echaba por la cabeza y otra en la Laguna Nueva. Esta última fue la verdadera piscina en donde los niños de aquellos entonces aprendimos a nadar y sin monitor ninguno que nos enseñara. Entonces no había cursillos, ni 'fideos', ni planchas de poliespán, ni gorros para el pelo, ni gafas para bucear, ni toallas, ni trajes de baño, ni nada que se le pareciera.

Los 'cursillos' solían empezar allá por la Semana Santa retrasada cuando los chavales íbamos a jugar al fútbol en un terreno ligeramente inclinado y en perpendicular al actual estadio del C.D. Miajadas. Después de un par de horas jugando, bien sudados, sin botella de agua mineral y sin ducha, la única posibilidad de refrescarte era acercarte a la cercana laguna y lavarte como podías amén de echar algún que otro trago de agua si la sed acuciaba.

Más adelante, ya a finales de mayo, comenzaba la temporada de 'piscina'. El que podía, los menos, se acercaba en bicicleta, los demás andando. Por la zona de la laguna que está sin el borde de piedras se metía a beber el ganado y los críos que no sabían nadar. Allá todos juntitos compartiendo espacio. Cuando ya aprendías a flotar te trasladabas a la zona del 'mapa' y sin separarte de la pared allí te las apañabas. El siguiente estadio y definitivo era cuando eras capaz de tirarte de cabeza desde el mismo 'mapa'. Aquello ya era el acabose, el culmen del cursillo.

Los más atrevidos se entretenían jugando con las culebrillas de agua que había por allá e incluso poniéndose en el muslo alguna sanguijuela de las que abundaban por aquellos entonces. Para rematar la faena volvías a casa con el calzoncillo puesto en la cabeza para secarse. Era el traje de baño que por aquellos entonces se usaba. La autoridad prohibía bañarse en pelota picada. Por cierto, nunca vi bañarse a ninguna chica. Eran otros tiempos.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Opinión 'Desde la distancia': «La Laguna nueva, nuestra piscina»

Opinión 'Desde la distancia': «La Laguna nueva, nuestra piscina»